*Todos los personajes y nombres le pertenecen a Stephenie Meyer.

SUEÑOS PROFÉTICOS


Renesmee POV

Me encuentro en Salem, frente a frente con papá y mamá, encerrados en la biblioteca, apunto de empezar nuestra seria conversación.

Claro, antes de eso, la familia entera me había llenado de besos y abrazos. Cada uno reaccionó diferente. Mis abuelos me recibieron con un abrazo dulce. Tía Rose con sus excesivos besos y halagos. La más inquietante sonrisa de tía Alice y su reclamó por mis "fachas". La cara de angustia del tío Jasper (Supuse que mis sentimientos lo estaban afectando mucho) Traté de tranquilizarme. Suficiente tenía conmigo sintiéndome como basura como para que le pasara la bolita a un miembro de mi familia. Eso sí, ningún recibimiento como el del Tío Emmett, que con su ya famoso "abrazo del oso", casi me había roto una costilla.

—Te gustaría empezar…— dijo mi padre, ubicándome a la situación.

—La verdad es que no tengo muchas ganas de hablar de eso— contesté desanimada, bloqueando mis pensamientos, tarareando una canción.

Mamá se acercó con cuidado a mí. Me pareció un poco atrevido de su parte. No me encontraba en la mejor situación, ni con el mejor ánimo y aun así se coloco enfrente de mí.

—Te extrañe tanto— susurró.

Sus palabras me llegaron dentro de lo más profundo de mí ser. Por un momento quise abrazarla y decirle que yo también, pero me contuve a hacerlo y simplemente le dediqué una sonrisa sincera. Ella acarició mi cabello y a mi no me molestó en absoluto.

—¿Te sientes lista para platicarnos? ¿O quieres que te dejemos sola?— preguntó mamá.

—La verdad es que no lo se— respondí apenada.

Últimamente no sabía nada y esa se había convertido en mi nueva frase favorita "no lo se". Mamá me sonrió dulcemente y se dio la vuelta.

—Dejémosla sola Edward. Ella sabrá si nos quiere contar— Le dijo a papá que la miraba con ojos incrédulos al igual que yo.

—Pero Bella…

—Vamos, ya habrá tiempo.— Lo interrumpió mamá.

Papá asintió y vi como se disponían a salir de la biblioteca.

—¡NO!— grité tomando del brazo a mamá con lágrimas en los ojos.

—Quiero decírselos. Quiero su consejo. Yo… te quiero mamá.
¡Lo dije!

Después de 2 años podía volver a decirlo. La quería, no… la amaba.

Papá sonrío ampliamente y mamá… bueno pues ella simplemente abrió sus ojos como dos platos y se abalanzó a abrazarme.

—No sabes lo feliz que me haces Nessie…— dijo suspirando fuertemente.

—Es bueno saber que por lo menos hago feliz a alguien— dije un poco desanimada.

Mamá se separó de mí y me vio con rostro preocupado.

—¿Te sientes preparada para contárnoslo?— preguntó.

Yo solo asentí con la cabeza. No tenía ganas de contarlo con palabras, así que lo haría a mi manera. Tomé el rostro de mi madre y empecé a mostrarle los recuerdos de la semana pasada empezando con la noche que llegué a la casa de Jake y vi a Leah corriendo semidesnuda, pasando dolorosamente por el recuerdo de cuando Jake y yo habíamos hecho el amor —No sentí pena en mostrárselo a mamá y aunque escuché un pequeño gruñido por parte de papá. No me importó. Claro que solo mostré lo más importante de ese momento, no quería mostrarle los detalles—, hasta la mañana del día de hoy cuando acordamos Nahuel y yo casarnos el fin de semana. No me comí nada, no me cohibí con nada. No estaba muy orgullosa de todo lo que les había mostrado, pero era necesario, lo necesitaba mi alma. Era como quitarme un peso de enzima.

—WOW…— susurró mi madre, como si no encontrara las palabras correctas. —Nessie has pasado por momentos muy difíciles.

Papá no decía nada, solo tenía los puños apretados. Supuse que seria difícil para el ver que "su niña" de niña ya no tenía un pelo y no solo eso, sino que no era suya, sino que era de Jake.

—Pues se podría decir que sí— respondió mi padre con voz ronca
¡Rayos! Me había escuchado.

—¿Me pierdo de algo?— preguntó mamá.

—Nada… solo que papá está de celoso…— respondí con una sonrisa. Era tierno que papá me celara.

—Edward no es momento para eso.— recriminó mamá a papá.

—Lo siento… — Respondió entredientes apenado.

—Dime Nessie, ¿Qué es lo que realmente quieres hacer?— preguntó mamá borrando cualquier rastro de sonrisa que hubiera en mi rostro.

—Olvídalo madre, ya no tiene importancia.

—Sí la tiene, porque gracias a eso que sucedió el fin de semana, estarás casándote con el hombre equivocado.

¡Demonios! Esas palabras ya las había oído antes, en mi sueño. No en la misma situación pero eran casi las mismas. Me asusté mucho.

—Ya es muy tarde para eso madre— respondí sin pensar.

—Nunca es demasiado tarde. Bueno… no hasta que te cases. Nahuel es muy bueno y no se merece esto.

—Por lo mismo no se merece que lo plante el día de su boda— dije abriendo los ojos y tapando mi boca sorprendida. Esta era la conversación de mi sueño…

—¿Qué pasa?— susurró asustada mamá.

—Es solo que soñó con esta conversación.— respondió papá.

—¿Tu pesadilla del día de la boda?— preguntó mamá.

—Sí— susurré.

Le había mostrado acerca de una pesadilla del día de la boda donde botaba a Nahuel para irme con Jake, más no todo el contenido de esta. Si se los hubiera mostrado, de seguro estarían tan impresionados como yo lo estaba.

—Tal vez hay alguna manera de que tú y Jake puedan estar juntos. No necesitas sacrificar a Jake, a Nahuel y sobre todo a ti…— dijo esta vez papá.

—No papá… no la hay— respondí con lágrimas en los ojos.

—Pero Nessie, ¿qué tal si todo termina como en tu sueño?— preguntó mamá.

—Yo me encargare de que no sea así. Ya no hay vuelta para atrás. Me casare con Nahuel.

—Espero que no te arrepientas Renesmee de la decisión que tomaste— dijo resignada.

—Yo también mamá, yo también.

¡Déjà vu!

¿Qué? ¿Ahora tengo sueños proféticos o qué?

¡Maldito Déjà vu!

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El resto de la semana me la pasé encerrada en el cuarto esperando por el sábado, el día de mi boda. Ya era viernes y ya estaba prácticamente todo listo. Gracias al cielo que los moretones, rasgaduras, mordidas y demás habían prácticamente desaparecido. Por primera vez agradecí mi condición de vampiresa y mi habilidad de sanar rápido.

Nahuel está en Salem y llegara con Huilen mañana en la mañana. Se había cancelado lo de la boda en la ridícula iglesia. La ceremonia se celebraría aquí en casa. Era lo suficientemente espaciosa para la poca gente que vendría. No quería nada grande y nada ostentoso. Al parecer tía Alice lo comprendió y no puso peros.

El tío Emmet quería que fuéramos hoy de caza para que estuviera en plena forma el día de mañana, pero rechacé su invitación. La verdad yo no tenía ni una pizca de sed. Ninguna. No después de haber succionado la mejor sangre de todas, la sangre de Jake. De hecho todavía la sentía ardiendo en mi garganta.

Jake…

¡Maldita sea! Mi nuevo propósito de vida era tan complicado. ¿Olvidarme de Jacob Black? ¿Cómo carajos iba hacer eso si todas las noches soñaba con él? Cada cosa que hacia me lo recordaba. Sus besos eran adictivos y mis labios querían más de él… y qué decir de mi cuerpo que pedía a gritos el suyo. Los sueños con Jacob Black no eran como los que solía tener antes de haber pasado esa semana a su lado. No, nada de que ver. Ahora soñaba con su cuerpo desnudo, su sudor, sus manos recorriéndome, mordiéndome, besándome, penetrándome… suave, lento, duro, fuerte. Él y yo haciendo el amor… una y otra y otra y otra vez.

¿Olvidar a Jacob Black? Misión imposible. Tal vez… pero debía intentarlo.

Ya era de noche y necesitaba descansar, mañana sería un largo día. Cerré los ojos y los abrí en seguida al escuchar un ruido proveniente de mi ventana.

—¿Jake?

Jake entraba por mi ventana y yo lo miraba con ojos incrédulos.

—¿Qué estás haciendo aquí?— pregunté incrédula.

¡Cómo me iba a olvidar de él si lo tenía aquí frente a mí! Y para acabarla de fregar, venía usando solo su pantalón —rasgado—, exponiéndome su perfecto abdomen.

—Vengo a evitar que hagas una estupidez…— dijo acercándose lentamente a mí.

—¡Vete antes de que alguien te huela y se dé cuenta que estas aquí!— grité angustiada.

—Nadie vendrá porque aunque se den cuenta de que estoy aquí, nadie intentaría detenernos— musitó seguro de si mismo.

—¿Y qué te hace pensar eso?— pregunté con curiosidad.

—Porque saben que estás a punto de cometer una locura. Saben que te amo y sobre todo… saben que nos amamos…— dijo acercándose a mi cuerpo peligrosamente
¡No! ¡No! ¡No! Si se acercaba un paso más, iba a caer en sus redes… iba a caer en sus brazos.

—¡Aléjate!— grité asustada.

Pero a él no le importó y siguió acercándose a mí.

—¡Qué no te das cuenta de que ya no te quiero! ¡Por eso me caso con Nahuel!— mentí con el corazón en la mano para que me creyera y se fuera. Me moría por sus caricias y por sus besos. Pero solo me dejarían mas vacía cuando le tuviera que decir adiós.

Se detuvo de golpe. Su frente se arrugó y apretó los puños.

—¡Mientes! Y no volveré a caer en tus mentiras…— dijo con voz ronca.

—Yo no miento— musité intentando aparentar seguridad.

—¡Oh! ¡Si que lo haces! Crees que soy lo suficientemente tonto como para no haberme dado cuenta de como te me entregaste la vez pasada y no ver lo mucho que me amas— Se acercó y tomó mis brazos con fuerza—. Seth me contó de su platica y déjame te digo que ya averiguamos acerca de nuestra situación y no hay ningún problema para que vivamos juntos en La Push, tu condición de mitad y mitad no nos afecta.

¿Pero cómo era eso posible? ¿Cómo estaban seguros? Noté que Jake me miraba con ojos desesperados.

—¡YA NO TIENES PRETEXTOS… RECONOCE QUE ME AMAS!— gritó sacudiéndome y pegándome a su cuerpo. —¡DILO!— Volvió a gritar

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Él lo sabía. Él sabía que lo amaba. Era inevitable. ¿Ya que más daba negarlo?

—Te amo— susurré cerca de sus labios.

Sonrío triunfalmente, mostrándome su hermosa dentadura blanca. Sus labios perdieron por un momento la sonrisa y su mirada estaba enardecida y clavada en mis ojos. Los centímetros se fueron perdiendo entre nosotros. Y su cálido aliento hizo que mordiera mi labio inferior. Me estaba saboreando sus labios.

—Lo sabia…— susurró roncamente.

Y así sin más aplastó sus labios con los míos. ¡Dios! había soñado toda la semana con esto. Sus besos eran la medicina que necesitaba, fuertes y profundos. Nuestras lenguas danzaban al unísono, mientras que sus manos comenzaban a recorrerme desesperadamente. Yo brinqué enredando mis piernas a su cadera como la vez pasada. Mis manos se metieron entre nosotros dos y acaricié su abdomen. Sus besos pasaban a mi cuello.

O.K. ¿Era mi imaginación o hacia un espantoso calor en la habitación?

La ropa estorbaba.

Y como por arte de magia, Jake se separó de mí y me cargó tiernamente colocándome en la cama. Parecía que había leído mi mente y me quitó la bata de dormir dejándome solo en mis pantaletas, ya que no usaba sostén para dormir.

Me sonrojé de cuerpo completo, no pude evitarlo. Yo sabía que él ya me había visto y de hecho ya me había poseído, aun así me da pena que me mirara de esa manera, pero no podía negar que me encantaba.

Él se quitó su pantalón y su boxer quedando completamente desnudo ante mis curiosos ojos que lo miraban con lujuria.

—Te deseo.

Yo misma me sorprendí de mis palabras. Pero no era nada más que la verdad.

—Y yo a ti…— dijo acomodándose aun lado de mí en la cama.
Nos miramos intensamente a los ojos.

—Hermosa, te amo— dijo sin bajar la vista.

—Yo también te amo. Siempre te he amado. Desde que nací te amo…— susurré cerca de su oído.

Lo sentí estremecerse. Su gran y cálida mano empezó a recorrerme tiernamente por todo el cuerpo, haciendo círculos en mis pechos, zigzagueando en mi vientre, y otra clase de movimientos que deberían de ser ilegales.

—Que te costaba reconocerlo— dijo con una sonrisa mientras besaba el lóbulo de mi oreja.
—Solo cállate y hazme el amor…— susurré sensualmente.

—Tus deseos son ordenes— musitó pasando su lengua por mi cuello y siguiendo su camino hasta mis pantaletas. Las bajó con los dientes y después se concentró en mi "punto débil".

¡Dios! Sus caricias constantes, su lengua actuando sin detenerse, me estaban volviendo loca. Lo necesitaba en mi. Lo necesitaba dentro de mí ser. Lo necesitaba… y lo necesitaba ya.

—Por favor…— rogué entre gemidos —no me tortures más.
Sonrío con malicia.

—Me encanta ver lo loca que te puedo poner…— susurró acercándose a mis labios.

Sopló en mi rostro. Haciendo que me ardiera la cara más de lo que ya hacía. Su lengua mojó mis labios, yo la capturé con los míos y volvimos a besarnos. Sin duda los besos eran más fuertes e intoxicantes que nunca.

¿Acaso era posible que todo fuera tan fácil? Algo no estaba bien. Pero no me detuve a pensarlo. Solo quería ser suya. Él parecía haber leído mi pensamiento otra vez, porque tiernamente abrió mis piernas para darse paso entre ellas.

—Nessie…— gimió fuerte cuando lo sentí completamente dentro de mi ser.

—¡Jacob!— grité —no tengas compasión de mi. Castígame por las tonterías que he hecho últimamente— terminé entre gemidos.

A él lo volvieron loco mis palabras y empezó a embestirme fuerte y profundo.

—Bueno…— gimió… —tendré que castigar a la niña mala— contestó terminando la frase en mi oído.

A mi también me excitaron tanto sus palabras. Enrollé mis piernas en su cadera para poder balancearme con él.

Lo amaba. Lo quería. Lo deseaba. Lo adoraba. Jacob Black era mi mundo.

Lo besaba con angustia, con desesperación. No quería que el momento terminara nunca. Solo quería estar a su lado.

—Te amo tanto Jake— susurré a punto del éxtasis.

—Si es así entonces… ¿Por qué me dejaste?— preguntó Jake sentado delante de mi cama, mirándome con lágrimas en los ojos y la frente fruncida.

¿Qué? ¿Qué demonios? Pero si él y yo estábamos haciendo el amor… ¿entonces quién estaba conmigo en la cama?

Volteé con pánico hacia el rostro del hombre que estaba arriba de mí, para ver la extasiada cara de Nahuel penetrándome sin detenerse.

—¿¡Qué!— grité en pánico.

—Por fin Ren… hasta que me dejaste poseerte— susurró Nahuel.

Quise apartarlo de mí, pero no podía. Su cuerpo pesaba demasiado.

—¡GOLFA! ¡TE ACUESTAS CON EL DELANTE DE MI!— gritó Jake con furia en sus ojos.

—Ojo por ojo… diente por diente— le dijo Nahuel con una sonrisa burlona.

En eso escuché que tocaban la puerta de mi cuarto y escuché a mi madre gritando mi nombre. Jake se puso de pie y se dio la vuelta para salir por la ventana.

—Te odio— susurró volteando a verme con su mirada más oscura de lo normal.

—¡NO! ¡JACOB! ¡JACOB!

—¡Nessie! ¡Nessie!— escuché la voz de mi mamá, pero yo solo luchaba por quitarme de encima a Nahuel y detener a Jacob.

—¡JACOB!— grité desesperada.

—Nessie despierta por favor.

¿Despierta?

Abrí los ojos y vi a mi madre que me sacudía gritando mi nombre.

¡Un sueño! ¡No! ¡Una pesadilla! ¡Una maldita pesadilla!

—Tranquila hija… ya pasó— dijo mi madre abrazándome fuertemente.

Yo estaba temblando, empapada de sudor y completamente asustada.

—Soñaste con Jacob.

—¿Cómo lo sabes?— pregunté tratando de normalizar mi respiración.

—No se, quizás porque gritabas: ¡Jacob! ¡Jacob!— dijo mi mamá con una tierna sonrisa.
Yo me sonrojé y escondí un poco mi rostro.

—No te apenes Nessie. Lo extrañas, es comprensible— dijo acariciando mi rostro y quitando las lagrimas que habían por ahí.

—Oh mamá, es que lo amo tanto. No sé como podré olvidarlo.

—Pues no lo olvides. Deja a un lado lo de la boda. Ya hallaremos alguna forma de que ustedes puedan estar juntos.

—¿Para qué? Para dañarnos más amándonos como lo hacemos y saber que nunca podremos estar juntos. No, gracias— dije cruzándome de brazos.

Mamá se puso de pie, me dio un beso en la frente y se dirigió a la puerta.

—Nessie…— musitó desde el marco de la puerta.

—¿Si?— pregunté intrigada.

—Te quiero hija.

—Yo también mamá— respondí sonriéndole.

Ya estando sola, me tumbé en la cama cerrando los ojos, recordando mi sueño… Jake y yo haciendo el amor. Que delicioso seria que sucediera otra vez. ¿Sueños proféticos? Esperaba que no, aunque me hubiera encantado que se cumpliera la primera parte. Por lo menos la primera parte.

Me dediqué a tratar de volver a dormir. Mañana era "el gran día"

Necesitaba descansar…

Déjà vu: es un término francés que significa "ya visto". El concepto describe la experiencia de sentir que ya se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva.

¿Qué les pareció el sueño loco de Nessie? ¿Qué? ¿Los volví a engañar? Hahahaha ¡espero que no me quieran matar! Y el próximo capítulo estará cardíaco. Nos acercamos al final de esta historia… Por cierto mil besos todos ustedes que se siguen y me apoyan^^ Mil gracias^^
Kokoro